miércoles, 5 de marzo de 2008

¡Orgullosos de nuestras costumbres!

Para empezar, quiero decir que ésto es irónico a más no poder; voy a escribir sobre las costumbres españolas con la ayuda de un artículo publicado en la revista Magazine de Andrés Trapiello.
Bien, la mayoría de personas están de acuerdo con la propuesta del PP de hacer que los extranjeros respeten las costumbres españolas. Pero... ¿qué costumbres?
¿Se referirán a lanzar una cabra desde un campanario mientras la muchedumbre grita como posesa? ¿O estarán hablando, quizá, de las fiestas taurinas, en las que mueren toros para divertir al pueblo? Nos muestran a los menores como ejemplo a seguir durante las fiestas Semana Santa. Procesiones, encordados, disciplinantes bañados de sangre que se ofrecen por las calles.
Pues una de las costumbres españolas, hasta hace no mucho, era el maltrato que recibían escolares por parte de los profesores y el maltrato a las mujeres a mano de sus maridos.
Dice el refrán tan español: "la letra con sangre entra" y "no hay mejor cuchillada que a mujer dada". ¡Claro que sí! ¡Pidamos a los extranjeros que respeten nuestras maravillosas costumbres e incitémosles a que las practiquen ellos también!
Lo dijo Giménez Caballero: "la maté porque era mía".
Por Dios, a ver si abrimos los ojos de una vez.

Otra medida que quiere el PP es que los extranjeros hablen el español al llegar a España.
Tiene su lógica, claro, por que los españoles que emigraron a Alemania, igual que se acataron a sus tradiciones alemanas. Todos los españoles se hicieron protestantes, todos se hicieron amantes de la col y leyeron todos a Goethe...

¡Por favor! ¿Cómo puede haber gente de acuerdo con estas propuestas del PP?
Clavar a un toro una espada por la espalda después de haberle clavado banderillas.
Después de ver un espectáculo taurino, uno debería sentirse avergonzado de nuestras apestosas costumbres y no orgulloso.
Irónicamente, son muchísimos (demasiados en mi opinión) los que disfrutan de este tipo de fiestas.
Siendo así de repugnantes las costumbres de nuestro país, a mí me daría vergüenza que a los extranjeros lase les exiga conocerlas y respetarlas.
¡Pero si son los mismos extrajeros, aparte de otras comunidades españolas, los que protestan por estas tradiciones!

En mi opinión (y reitero que es mi opinión y tiene tanto valor como la de cualquier otro),
el folklore taurino es pura basura. Que se adornen los toreros entre ellos banderillas de colores, se claven espadas por la espalda y finalmente que les arranquen las orejas y el rabo (¡lástima que no tengán de esto último!)

Nada más.

¡Muchas gracias a Andrés Trapiello y a la revista Magazine!

A

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